-¿Hola?Ah,hola Rebeca.¿Si esta tarde puedo salir?,claro.Entonces esta tarde quedamos a las 5:30 en el cine,adios.
Colgé el movil y me fuí

Tras ver aquella colorida obra de arte, miré el reloj y vi que ya era tarde.Entonces dije a Leo:
-Me tengo que ir ya.
Al decirselo, me miró a los ojos y sin decir nada sentí que él no queria que me fuese. Finalmente unas pocas palabras salieron de su boca y dijo:
-Oye ¿por que no te quedas por lo menos a comer algo?
Me despedí y le dí un beso en la mejilla.Noté el olor a madera y filantro en su cuello. Me puse en camino, ya que tenía que hablar con William para que viesé el control de mis poderes. Active la luz roja y William apareció provocandome un susto ya que tenia la mania de aparecer tras de mi.
-¿Que pasa?,¿Te gusta asustarme o que?
-Perdona. Bueno dime lo que me tenias que decirme antes.
Le conté todo lo que me había acurrido. Y no pude evitar contarle lo de Marco y la llegada de Apiuntón. Al decir tod aquello dijo:
-No te hables con ese tal Marco. Porque quizas sea un espia y más si Aiuntón le ha nombrado su sucesor.
-¿Como no le voy a hablar si le veo todos los dias en el instituto?
-Blanca, te lo digo en serio: tienes que tener cuidado con ese chico.
Sentí que William adquiría el tono, insoportable, d emi padre. Aquello me puso de los nervios. Noté como si quisiera matarle, pero destrui ese pensamiento.
-En lo referido a Apiuntón, ahora más que nunca tienes que tener cuidado y enfrentarte a cualquiera de sus maldades.
-Tranquilo. Que se cuidarme de mi misma.
Le dejé a tras y me fuí de allí.
Esa luz se posó en mi cabeza, como si de una mariposa se tratase y desapareció. Mi vista se lleno de luz y mi cuerpo volvió a tener sus respectivos miembros. Tras esa extraña esperiencia caí al suelo. Abrí los ojos y, de nuevo, me soprendí de la capacidad imaginativa de mi pequeño cerebro. Hice el ritual de cada día: lavar,vestir,peinar,desayunar e irse. Pero antes de irme mi tia Silvia dijo:
-Blanca,¿que tienes en la cabeza?
Me miré en el espejo del recibidor y vi que tenía un mechon de color celeste muy claro que resaltaba sobre mi melena negra. Busqué una escusa , pero mi tia Silvia dijo:
-Te queda bien. Pero ten cuidado con los tintes, ya que estan compuestos de productos muy peligrosos y contaminantes para nuestra madre naturaleza. Ademas de que elimina el tono natural de tu pelo.
-Tendré cuidado la proxima vez. Adios.
Y salí de la casa. Pero,¿como me habrá salido esto?,¿y si fueron las niñas?.Oh,¿Y si fue por mi sueño?. Durante todo el camino ,de casa al instituto, no pare de hacer especulaciones respecto a aquel mechon celeste de aparicion dudosa. Subí las escaleras del edificio y me senté en mi pupitre. Aún inmersa en mis dudas no me dí cuenta de que en la clase no había ni un alma y solo estaba yo. Miré el reloj y me dí cuenta de que había llegado 5 minutos antes. A esas horas la única que estaba despierta era la secretaria. Saqué d emi mochila el libro Orgullo y Prejuicio y me puse a acabarlo para hacer el trabajo de litaratura universal. La verdad, es que Elizabeth tenía toda la razón con respecto a las personas. E imaginé a el señor Darcy como la peor de todas las personas, pero cuando Elizabeth cambió de parecer creí que había perdido la chabeta. Estaba tan concentrada en la novela que, poco a poco, me acabé el libro. Mis compañeros vinieron,poco a poco. Ver sus caras a esas horas era muy divertido. Era un continuó desfile de caras tristes y apagadas. Casí siempre acompañadas de un bostezo y unas ojeras, como los ojos de un panda. Mis compis se fueron sentando y esperando a que la señora Eugenia llegase. Aquella odiosa mujer que su único placer era hacer sufrir a sus alumnos con examenes imposibles. Se clase se pasó enseguida al igual que el retso de las clases. Llegó el recreo y me fuí con Rebeca Y leo a dar una vuelta.La verdad, se me hizo muy corta ,debiado a que a fuera estaba diluviando y no nos permitía ni respirar aquella agobiante lluvia. Al cerrar la puerta del comedor, levanté la mirada y a traves del cristal pude ver a William cerca de los árboles que daban al bosque de chopos. De repente, una voz surgió en mi cabeza y dijo:
-Vieni, vieni. Ci sono molte cose da chiarire.
Esta vez si que le entendí. Me quedé inmovil y a la vez hipnotizada. Oí como Leo y Rebeca me llamaban pero nada. Abrí la puerta y salí. Notaba las gotas de lluvia colandose por mi ropa y congelando mi cuerpo. Tras atravesar un largo trecho de hierba, William tendió su mano y yo ,aún hipnotizada,la cogí. Una gran ráfaga de viento surgió y las hojas se movieron violentamente, al igual que mi pelo. Como si de un pequeño tornado se tratase.
Le pude ver, ya que acercó su mano y la luz de la Luna hizo apreciar aquel extraño tatuaje. aquel muchacho murmuró algo que hizo eco en la noche. Dijo :
-Ho aspettato, la mia stella.
Solo entendí lo último de la frase, era italiano. pero desapareció al notar otra presencia. Me giré y vi que fue por la presencia de Leo.