lunes, 21 de junio de 2010

14-Mi verdadero yo
Los estudiantes parecían maniquíes con expresiones muy reales y realización acciones en proceso. No sabia lo que pasaba. Quizás fuese yo la que hubiese parado el tiempo. O quizás sea una señal del poder de Apiuntón. Paseando por el pasillo vi a Marco. Su semblante me recordaba al David de Miguel Ángel. Tan misterioso, tan fuerte, tan enemigo mio. Seguí en adelante. Noté la respiración ,agitada, de alguien.Una respiración acompasada con unas pisadas silenciosas.Unas manos aparecieron de la nada tapando me los ojos. No sabia que hacer. Tal vez el tiempo había vuelto,pero no oía el bullicio de los alumnos. Aún con los ojos tapados, me decidí por decir:

-¿Quien eres?

Al decir aquello mis ojos recuperaron su visión y me giré para enfrentarme a mi oponente.

Pero al ver su cara vi que era Marco. Sus ojos traspasaron los mios, como si estuviese indagando en mi cerebro para sacar todos mis secretos. Su cara estaba tan cerca de la mía, que podía controlar su reparación. Di un paso hacia atrás y me dije a mi misa que aquel chico era mi enemigo y que no podía correr riesgos. Su rostro cambió y antes de que dijese nada, dije:

-Díme ¿como eres el único que no esta congelado?

Su mirada cambió de nuevo y un rayo de rencor apareció.

-Y díme,¿por que has hecho que el tiempo se detenga?

-Yo no he hecho esto. Quizás sea culpa tuya o de tu maestro.

-No, yo no tengo tanto poder como para hacer una cosa así. Y si hubiese sido mi maestro lo notaría.Además el no pierde el tiempo en congelar a todo un instituto , a no ser que asesine a alguien.Pero tranquila que aquí no estoy. Y que sea el único que no este congelado se debe a mis poderes.

-¿Como sabes que no está aquí?

-Por que noto su presencia. Y aquí no esta.

-Mejor.

-Blanca, porque no vienes aquí-dijo mientras abría sus brazos.-No te haré nada.

-No. No conseguirás engatusar me con miradas dulces ni tus abrazos.

De pronto, algo dentro de mi hizo que me pusiese de forma defensiva. Marco se iba acercando a mi.

-Da un paso más y estas muerto-dije amenazadormente.

-Blanca, sabes que ni tu ,ni yo podemos enfrentarnos.

-Quizás tu no puedas.Pero yo si. Es y será así.

-No te das cuenta de que esta no eres tu.

-Esta si que soy yo.Solo que nunca me has visto cabreada.

Mi yo simple se reformó con un torbellino de rabia y odio hacia Marco. Y tenía razón. Esa no era mi yo humana, sino mi verdadero yo. Hice un gesto con la mano y una bola de fuego blanco apareció y fue lanzado hacia Marco. Este lo supo esquivar.

-Blanca¡Para ya!.No me obligues a herirte.

-Y tu no me obligues a matarte. Porque si lo hago disfrutare mucho de ello.

No me podía creer lo que acababa de decir. Me dí cuenta de que esa no era yo. Pero me di cuenta tarde, ya que mi yo humano casi había desaparecido en esos momentos. Mi yo verdadero hizo otro giro de muñeca y apareció una espada plateada, con la empuñadura de cristal y pequeños diamantes. Marco levantó el brazo y un gran destello hizo aparecer una espada roja y con dragones en la empuñadura. Levante la espada y miré con furia a mi oponente. entonces mis pasos se hicieron rápidos. Nuestras espadas se encontraron produciendo su habitual canto de metal y produciendo un sonido ensordecedor.

3 comentarios:

  1. uououoooooooooooooooooooo!!!!!
    ke va a pasarrrr???!!
    no ns dejes cn la inr¡trigaaaaaaaaaaaa!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. Pues va a ser que te dejo con la intriga.Jajajaja.

    ResponderEliminar