martes, 22 de junio de 2010
lunes, 21 de junio de 2010
domingo, 20 de junio de 2010
El sonido era ensordecedor, pero de pronto un gran silencio apareció. Aún con los ojos cerrados los abrí para ver si la tempestad había amainado.Pero cuando los abrí vi que todo estaba parado. Como si alguien hubiese congelado la imagen de una película. Veía las gotas de lluvia, inmóviles, cayendo desde el cielo. Parecían pequeñas perlas transparentes y deformes. Me hice paso, entre aquellas gotas colgantes, y llegué a las puertas del instituto. Al traspasar las vi que también el instituto estaba congelado.
sábado, 19 de junio de 2010
Tras ver aquella colorida obra de arte, miré el reloj y vi que ya era tarde.Entonces dije a Leo:
-Me tengo que ir ya.
Al decirselo, me miró a los ojos y sin decir nada sentí que él no queria que me fuese. Finalmente unas pocas palabras salieron de su boca y dijo:
-Oye ¿por que no te quedas por lo menos a comer algo?
Me despedí y le dí un beso en la mejilla.Noté el olor a madera y filantro en su cuello. Me puse en camino, ya que tenía que hablar con William para que viesé el control de mis poderes. Active la luz roja y William apareció provocandome un susto ya que tenia la mania de aparecer tras de mi.
-¿Que pasa?,¿Te gusta asustarme o que?
-Perdona. Bueno dime lo que me tenias que decirme antes.
Le conté todo lo que me había acurrido. Y no pude evitar contarle lo de Marco y la llegada de Apiuntón. Al decir tod aquello dijo:
-No te hables con ese tal Marco. Porque quizas sea un espia y más si Aiuntón le ha nombrado su sucesor.
-¿Como no le voy a hablar si le veo todos los dias en el instituto?
-Blanca, te lo digo en serio: tienes que tener cuidado con ese chico.
Sentí que William adquiría el tono, insoportable, d emi padre. Aquello me puso de los nervios. Noté como si quisiera matarle, pero destrui ese pensamiento.
-En lo referido a Apiuntón, ahora más que nunca tienes que tener cuidado y enfrentarte a cualquiera de sus maldades.
-Tranquilo. Que se cuidarme de mi misma.
Le dejé a tras y me fuí de allí.
viernes, 18 de junio de 2010
martes, 15 de junio de 2010
lunes, 14 de junio de 2010
domingo, 13 de junio de 2010
Esa luz se posó en mi cabeza, como si de una mariposa se tratase y desapareció. Mi vista se lleno de luz y mi cuerpo volvió a tener sus respectivos miembros. Tras esa extraña esperiencia caí al suelo. Abrí los ojos y, de nuevo, me soprendí de la capacidad imaginativa de mi pequeño cerebro. Hice el ritual de cada día: lavar,vestir,peinar,desayunar e irse. Pero antes de irme mi tia Silvia dijo:
-Blanca,¿que tienes en la cabeza?
Me miré en el espejo del recibidor y vi que tenía un mechon de color celeste muy claro que resaltaba sobre mi melena negra. Busqué una escusa , pero mi tia Silvia dijo:
-Te queda bien. Pero ten cuidado con los tintes, ya que estan compuestos de productos muy peligrosos y contaminantes para nuestra madre naturaleza. Ademas de que elimina el tono natural de tu pelo.
-Tendré cuidado la proxima vez. Adios.
Y salí de la casa. Pero,¿como me habrá salido esto?,¿y si fueron las niñas?.Oh,¿Y si fue por mi sueño?. Durante todo el camino ,de casa al instituto, no pare de hacer especulaciones respecto a aquel mechon celeste de aparicion dudosa. Subí las escaleras del edificio y me senté en mi pupitre. Aún inmersa en mis dudas no me dí cuenta de que en la clase no había ni un alma y solo estaba yo. Miré el reloj y me dí cuenta de que había llegado 5 minutos antes. A esas horas la única que estaba despierta era la secretaria. Saqué d emi mochila el libro Orgullo y Prejuicio y me puse a acabarlo para hacer el trabajo de litaratura universal. La verdad, es que Elizabeth tenía toda la razón con respecto a las personas. E imaginé a el señor Darcy como la peor de todas las personas, pero cuando Elizabeth cambió de parecer creí que había perdido la chabeta. Estaba tan concentrada en la novela que, poco a poco, me acabé el libro. Mis compañeros vinieron,poco a poco. Ver sus caras a esas horas era muy divertido. Era un continuó desfile de caras tristes y apagadas. Casí siempre acompañadas de un bostezo y unas ojeras, como los ojos de un panda. Mis compis se fueron sentando y esperando a que la señora Eugenia llegase. Aquella odiosa mujer que su único placer era hacer sufrir a sus alumnos con examenes imposibles. Se clase se pasó enseguida al igual que el retso de las clases. Llegó el recreo y me fuí con Rebeca Y leo a dar una vuelta.La verdad, se me hizo muy corta ,debiado a que a fuera estaba diluviando y no nos permitía ni respirar aquella agobiante lluvia. Al cerrar la puerta del comedor, levanté la mirada y a traves del cristal pude ver a William cerca de los árboles que daban al bosque de chopos. De repente, una voz surgió en mi cabeza y dijo:
-Vieni, vieni. Ci sono molte cose da chiarire.
Esta vez si que le entendí. Me quedé inmovil y a la vez hipnotizada. Oí como Leo y Rebeca me llamaban pero nada. Abrí la puerta y salí. Notaba las gotas de lluvia colandose por mi ropa y congelando mi cuerpo. Tras atravesar un largo trecho de hierba, William tendió su mano y yo ,aún hipnotizada,la cogí. Una gran ráfaga de viento surgió y las hojas se movieron violentamente, al igual que mi pelo. Como si de un pequeño tornado se tratase.
sábado, 12 de junio de 2010
viernes, 11 de junio de 2010
Le pude ver, ya que acercó su mano y la luz de la Luna hizo apreciar aquel extraño tatuaje. aquel muchacho murmuró algo que hizo eco en la noche. Dijo :
-Ho aspettato, la mia stella.
Solo entendí lo último de la frase, era italiano. pero desapareció al notar otra presencia. Me giré y vi que fue por la presencia de Leo.
jueves, 10 de junio de 2010
miércoles, 9 de junio de 2010
Muchas veces no me doy cuenta de lo rápido que gira la vida a mi alrededor. Un día estas en un sitio y otras estas en un paraje totalmente desconocido. En ese momento es cuando todo lo pareces ver distinto.
-Blanca,¡vamos que perderemos el avión.!-Ese era mi padre, aquel hombre que no quería que me fuese pero no había otra escapatoria.
-Blanca,¿llevas todo?.
-Sí, mama
Y esa mi madre; Elisa. La única que más lamentaría mi partida.
Llegando al aeropuerto me dí cuenta de que el lugar al que iba era un total misterio, pues solo sabía que existía y que allí estaba mi tía y sus dos hijas,más pequeñas que yo. Ya en el avión, saqué mi libro y me sumergí en él. A cada nueva frase que leía, aparecía una nueva sensación de pesadez en mis párpados. Y después la total tranquilidad. Era increíble que consiguiese dormir aún teniendo a un hombre roncando,como si la Tierra se hubiera roto, y a un niño dando berridos prostestando porque un niño era pelirrojo y no blanco.
Eso me hizo acordarme de el origen de mi nombre. Hace diecisiete años, nací en un hospital de las afueras de la ciudad. Mi madre y mi padre no supieron que nombre ponerme. Mientras pensaban en ello mi madre se dio cuenta de que tenia el pelo muy negro y la tez muy blanca, como Blancanieves. Así que me pusieron Blanca pero sin nieves.
-Señores pasajeros, en breve aterrizaremos en el aeropuerto de Bromly.
Al oír a la azafata, miré por la ventana y vi que era un lugar precioso, lleno de bosques y una pequeña costa. Aquello me recordababa a un pueblecito de un cuento infantil. Tras aterrizar y desembaracar, cogí mi pequeña maleta y traspasé las puertas mielecinas. Al llegar al otro lado, vi multitud de carteles con nombres inscritos(pero menos mal que mi nombre no aparecía en ninguno de ellos, ya que sería totalmente vergonzoso para mi).
-¡BLANCA!.
Al oír aquella voz tan familiar me giré y vi a una mujer pelirroja, con un vestido violeta con espirales amarillas y con una flor en el pelo y un bolso hippy colgándole del hombro.
-Hola tía.
-Deja que te de un abrazo-dijo mientras me daba un abrazo casi tan fuerte que por unos segundos me dejo sin aliento.
-¿Donde están las niñas?
-En la guarde, pero dentro de un rato las verás.
Las hijas de mi tía Silvia, eran dos niñas muy parecidas a ella: muy alegres y activas.
Me metí en el coche, un honda insight híbrido. Mi tía respetaba mucho el medio ambiente y por eso tenia aquel coche. Mi tía no me preguntó nada, pues ya lo sabía todo y si me ocurría algo, solo me miraba y ya lo sabía. Ella no era como Elisa, ella se preocupaba y constantemente me preguntaba sobre el instituto y mis estudios. Y la verdad aquello era bastante pesado.
Mientras miraba, perdida, aquel paraje nublado y con los rayos trasluz,vi fugazmente a la gente de aspecto feliz. Fuimos por al calle principal de aquel desconocido lugar. Vi una plaza y en el centro un pequeño quiosco, con niños corriendo tras las palomas. era una escena tierna. Llegamos a mi nueva casa. Un edificio de color crema con ventanas muy originales. El único contraste en aquella casa era el cerco que era de un naranja añil. Aquella casa también tenia un pequeño jardín y un balancin en la parte trasera de la casa. Tras aparcar al coche, mi tía me enseñó mi habitación. Y dijo:
-Espero que te guste.
Entré en la habitación. Tenía las paredes de papel pintado con flores,que le daba un aspecto muy romántico y aterciopelado. Aquella habitación era muy luminosa, con una ventana enfrente de la cama. Una cama preciosa de aspecto clásico y sabanas y almohadas blancas y esponjosas. Tras dejar y colocar todas mis cosas .Oí a mi tía decir:
-Blanca¿puedes bajar un momento?
Bajé las escaleras y oí unas voces, a parte de la de mi tía.Ya bajado el último peldaño vi a un grupo de personas: una chica de mi estatura y dos hombres. La chica se llamaba Rebeca, era la hija del jefe de una tienda de misticismo.
-Hola Blanca,¿te acuerdas de mí?
-La verdad, no.
-Que pasa, el humo de tu ciudad te ha desenfocado la memoria.
-Quizás sea eso.
-De pequeñas pitábamos a las muñecas en casa de tu tía.
Al decir aquello recordé mi infancia por un segundo y aquel hecho de pintar a las muñecas en vez de jugar con sus super coches. Ahora todo eso me parecía absurdo.
-Blanca,¿te acuerdas de Charlls?-dijo tía Silvia
-Seguro que no.
Charlls era el jefe de la tienda y gran amigo de mi tía desde el instituto. Era un hombre bonachón, bueno y amable con todos(o por lo menos eso es lo que me parecía a mi)
-Seguro que a él si que no lo recuerdas.-dijo Charlls
Charlls señaló a una espalda que , tras girar, pude ver su cara. Era un chico de piel clara, ojos pardos y pelo corto moreno.
-Blanca,este es Leonardo.
-Mejor llámame Leo, que no aguanto mi nombre completo.
Dijo a la vez que daba un guiño de ironía.
Era raro que no me acordase de un rostro como el suyo. Pero es lo que tiene mi memoria amorfa.O ¿será a caso que al final va a ser culpa de la contaminación de la ciudad?
Tras hablar con Rebeca.Leo dijo:
-Oye,¿vas a ir al instituto?¿verdad?
-Claro, sino no podría estar aquí.
Elisa me lo había dejado bien claro: si me iba con mi tía Silvia tenía que acudir al instituto aunque me costase.
-Pues entonces hasta luego.
-Hasta luego.
-Nos vemos.
Tras despedirse e irse todos, no sonó nada hasta los 2 minutos en que aparecieron mis primas. Nerea y Sonia, era la viva imagen de mi tía Silvia.